6/3/17

Lever - La Banda de Leo

Lever
Sala: La Banda de Leo
Dirección: Calle Carranza 5, 1º Izq, Madrid


Visítales: leverescaperoom.com



Valoración de Los Bichos:
Ambientación:
Originalidad:
Nexo temática-puzzles:
Game Master:

Dificultad:
¿Conseguido?



Habíamos hecho una sala por la mañana de la que no habíamos salido y con ese mal sabor de boca, llegó la hora de la comida y seguíamos hablando sobre la mala suerte que habíamos tenido. O sea que ni cortos ni perezosos reservamos en una sala nueva de un escape en el que no habíamos estado.

Nos decidimos a reservar en Lever, nos caía de camino a casa y las críticas eran buenas. De las dos salas que tienen nos decidimos a hacer La Banda de Leo.

Cuando llegamos al local, nos recibió la que iba a ser nuestra Game Master, Silvia. Según entras se ve un amplio recibidor y la mesa desde donde los Game Master nos tienen vigilados. Un detalle que nos gustó mucho son las originales puertas de los baños. ¡Un completo acierto! 

No sentamos justo al lado de la puerta de la sala dispuestos a recibir nuestro briefing. Nuestra Game Master nos explicó las normas básicas y nos puso en situación. En esta ocasión las pistas las daría nuestra Game Master hasta un máximo de 6 pistas y los 10 primeros minutos del juego serían sin pistas.

En el año 2003 Leonardo Notarbartolo y su banda perpetraron el Amberes el mayor robo de diamantes hasta ahora conocido. Ha sido considerado el robo del siglo porque fueron capaces de superar más de 10 niveles de seguridad sin que saltara ninguna alarma. 

Los diamantes nunca han aparecido, pero en base a pruebas circunstanciales Leo fue condenado. Tras diez años en prisión él mantiene que todo fue un engaño y que, cuando consiguieron llegar a la cámara de seguridad, casi todas las cajas estaban vacías.

¿Qué pasó con esos diamantes? Debemos descubrirlo e intercambiar los diamantes verdaderos por los falsos.


Antes de comenzar el juego nos dio algo que necesitaríamos dentro de la sala. Simplemente nos dijo que lo tuviéramos siempre presente porque lo necesitaríamos. Este tipo de cosas ayuda a ponernos un poco más nerviosos y ansiosos por empezar la misión.

Otro detalle que debíamos tener en cuenta es que en cierto punto del juego, podríamos hacer saltar una alarma de la policía. Si esto ocurría, tendríamos 3 minutos para escapar de allí.

Con toda esta información nos adentramos en nuestra misión. La primera prueba la resolvimos bastante rápido con la mala suerte de que uno de los candados que había en la sala tenía mal configurado el código y pudimos abrirlo sin investigar mucho más. Esto hizo que durante gran parte del juego estuviéramos pendientes del candado que realmente se abría con el código que habíamos encontrado. Estuvimos perdiendo gran parte del tiempo en la primera sala debido a este fallo y a que nuestra Game Master no se dio cuenta de que uno de los candados se había abierto por error. Cuando finalmente nos dimos cuenta entre los tres, nos volvimos a poner manos a la obra con el resto de pruebas. Una de ellas se nos atascó un poquito, sin desvelar nada os diremos que se trata de maña no de fuerza.

A partir de este punto fuimos bastante más ágiles, viendo las cosas más rápido pero… hicimos saltar la alarma. Aun así teníamos casi todo lo necesario para salir así que dimos el cambiazo de los diamantes y nos centramos únicamente en lo que nos faltaba para escapar. Y finalmente lo conseguimos, por los pelos pero salimos.

Desde nuestro punto de vista, las pruebas no son extremadamente complicadas pero si requieren tener una buena organización ya que no es una sala lineal. Se requiere una asociación de objetos bastante rápida y más si, como nosotros, haces saltar la alarma.

Hubo algunas pruebas originales que no habíamos visto en ninguna sala y que nos gustaron bastante. La primera estancia tiene pocos objetos pero la ambientación de la segunda sala está muy lograda y nos gustó mucho más.

Al salir, comentamos el error del candado con la Game Master y por el inconveniente que nos había causado esto nos invitó a la partida, un detalle que no esperábamos. La foto final en este caso no es una foto normal sino un boomerang.

Lamentablemente no podemos compartirlo porque no lo llegaron a subir a su página de Facebook, o no lo encontramos, y tampoco nos lo enviaron después por e-mail. Así que en este caso no podréis ver nuestras caras de felicidad por haberlo conseguido.


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