11/2/17

The Rombo Code – El misterio del capítulo 43

The Rombo Code
Sala: El misterio del número 43
Dirección: C/Fernández de los Ríos 70, Madrid

Visítales: therombocode.es



Valoración de Los Bichos:
Ambientación:
Originalidad:
Nexo temática-puzzles:
Game Master:

Dificultad:
¿Conseguido?



Comenzamos!

En un arrebato de valentía y desoyendo nuestro instinto de supervivencia, reservamos nuestro primer escape room y fuimos a encerrarnos en una habitación para intentar escapar en menos de una hora. Decidimos comenzar en Rombo Code ya que habíamos leído muy buenas críticas y además nos pillaba bastante cerca de casa. Nuestra primera opción fue hacer otra de las salas que tienen (La fuga de Casanova), pero no tenían hueco para la fecha que habíamos decidido. Así que reservamos en la única sala libre que podíamos hacer dos personas.


Todavía nos acordamos (en realidad no hace tanto) de los nervios que se sienten al enfrentarse por primera vez a una sala de escape. Nos pasamos toda la semana esperando a que llegara el momento. Solamente diremos que merece la pena.


Una vez allí, pasamos a un hall bastante grande donde nos indicaron que esperásemos en los sillones hasta que terminaran de montar la sala. Hay un montón de rompecabezas para que te entretengas y la espera se nos pasó rapidísimo. Cuando vino nuestra Game Master, una chica muy agradable, nos explicó todo sabiendo que éramos nuevos. Nos contó en qué consistía un escape room, las reglas, tipos de candados, pistas, etc. Por último, nos contó la historia del capítulo 43 y sin perder ni un segundo nos metimos en la sala a empezar a resolver enigmas.

La ambientación de la sala está bastante bien aunque no fue algo que nos impresionara especialmente. Al principio estábamos muy perdidos y se nos hizo bastante complicado. No sabíamos muy bien por dónde empezar. Las pruebas están relacionadas con la temática de la sala, aunque por aquel entonces no nos fijábamos mucho en estas cosas. Además tiene alguna sorpresita que nos gustó mucho. Una de las pruebas se nos atascó bastante y a pesar de que nuestra Game Master nos dio alguna pista finalmente tuvo que entrar a solucionarnos el pequeño problemilla que estábamos teniendo.

Aunque la ayuda de nuestra Game Master fue esencial, tardamos en coger la dinámica y al final nos faltó un poco de tiempo para conseguir salir. Ahora con la experiencia de varias salas de escape echamos en falta que nos dejaran un par de minutillos más para intentar conseguirlo. Al salir, nos enseñaron la parte que nos faltó para terminar y luego nos hicieron la foto de recuerdo. El hecho de no conseguir salir no hizo que nos desanimáramos, todo lo contrario, nos picó lo suficiente para querer hacer otro escape la semana siguiente. Antes de que se terminara el día, ya habíamos reservado nuestra siguiente aventura.

¡Ya estábamos enganchados!




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